Se suele decir que a buen hambre no hay pan duro y eso es precisamente lo que debe pensar este cocodrilo que no duda en capturar una tortuga y hacerla parte de su dieta diaria sin importarle demasiado lo duro que pueda estar el caparazón.
Y es que pocas cosas se pueden resistir a las mandíbulas de uno de estos animales, solo hay que ver como tritura a su presa a pesar de la dureza.
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