miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hipótesis inquietante

El esqueleto que veis en la imagen perteneció a una de las criaturas más fascinantes que ha vivido sobre la tierra. Con un tamaño parecido al de un hipopótamo, el Diprotodon es el mayor marsupial que jamás haya existido y vivió en tierras australianas hasta hace alrededor de 50.000 años. A partir de aquella fecha, como explica Joel Achenbach en National Geographic, “casi todo animal que pesara 45 kilos o más” desapareció de un plumazo del continente australiano. Canguros gigantes, leones marsupiales y pájaros de un tamaño descomunal, desaparecieron de la faz de la Tierra sin que los paleontólogos hayan encontrado una explicación convincente.

Pero la megafauna australiana no fue la única que desapareció de un plumazo en algún momento del tiempo. Mamuts, leones de las cavernas o perezosos gigantes también se extinguieron sin dejar rastro en etapas sucesivas. ¿Qué acabó con la existencia de todos estos gigantes? Entre las causas que manejan los científicos está la aparición de algún tipo de cambio climático, alguna letal enfermedad y una tercera hipótesis más inquietante: que los humanos estén detrás del asunto.

La idea la lanzó en los años sesenta el paleontólogo Paul S. Martin mientras estudiaba la desaparición de los grandes animales en el continente americano y la bautizó como la hipótesis del Blitzkrieg o hipótesis “Overkill” (algo así como “matanza excesiva”). Tras analizar la extinción de osos gigantes y mamuts, Martin concluyó que había sido el acoso de los primeros humanos llegados a América lo que condujo a la extinción de los animales más grandes.

Y ahora veamos el excelente gráfico que ofrece National Geographic en su último número y en el que podemos ver la comparativa entre la llegada de los humanos y la desaparición de los animales en Australia, América y Nueva Zelanda


Para entender mejor los datos del cuadro es conveniente fijarse en las barritas rojas y grises. Las rojas indican la llegada del hombre y las grises la supervivencia de las especies señaladas. Como veis, hay una inquietante coincidencia entre el período en que los humanos llegaron a un determinado lugar y la desaparición de las especies de animales grandes en la zona. El 80% de los grandes mamíferos de Norteamérica desaparecieron en los 1.000 años siguientes a la llegada de los humanos, y algo parecido puede aplicarse en otros continentes.
¿Es esto explicación suficiente? La hipótesis tiene algunas fallas muy claras, como el hecho de que esta extinción no se produjera en el continente africano, donde el hombre habita desde el principio. También le han presentado otras objeciones como la falta de evidencias paleontológicas de estas cacerías, las contradicciones con la forma de cazar de las sociedad de cazadores recolectores, etc (ver resumen), pero de vez en cuando aparece algún estudio que confirma que esta teoría puede ser cierta en casos como el australiano.

Puede que la explicación definitiva sea una mezcla de muchos factores o responda a alguna causa aún por descubrir. Entre tanto, la investigación de este misterio sigue siendo una materia fascinante. Bajo el título de “Gigantes Perdidos”, el reportaje de Joel Achenbach en “National Geographic” es una maravillosa incursión en esta investigación detectivesca, en la que el principal sospechoso es un animal bípedo y con escaso pelo que ya ha demostrado después que en cuestión de extinciones siempre ha tenido muy buena mano.

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