Más de 300 kilogramos de cobre se sustraen en Sevilla cada día

Y MI PEGUNTA ES ... ¿ NO ES MEJOR MULTAR AL LOS QUE LO COMPRAN ?
¿ PASA LO MISMO EN OTRAS CIUDADES ? O SEVILLA ES ASÍN .......

Las bandas especializadas en el robo de este metal proliferan por su elevado precio en el mercado negro y la fuerte demanda procedente de China · Más de 70 toneladas desaparecen en siete meses


El elevado precio que el cobre ha adquirido en el mercado negro y la fuerte demanda que existe de este metal, sobre todo desde China, han provocado la proliferación de bandas de delincuentes especializadas en el robo de cobre que se mueven de una provincia a otra desvalijando todo tipo de instalaciones en las que pueda hallarse este metal. En Sevilla, como en casi toda España, la acción de estos delincuentes ha crecido enormemente en los últimos años. Tanto que actualmente desaparecen en la provincia sevillana más de 300 kilogramos de cobre al día.

En los primeros siete meses del año, la Policía Nacional detuvo a 33 personas por robo de cobre en Sevilla. El material recuperado alcanzaba las 34 toneladas. Pese a ello, los expertos de este cuerpo sospechan que la cantidad sustraída supera el doble de la recuperada. Así, entre enero y julio podrían haberse robado más de 70 toneladas de cobre en la provincia de Sevilla.

El cobre cotiza en la bolsa de Londres y es muy demandado en China, principal productor mundial. Ambas circunstancias han disparado el precio del metal. Legalmente pueden obtenerse cuatro euros por cada kilo de cobre que se venda, pero en el mercado negro esa cifra es más alta y en ocasiones ha llegado a alcanzar los diez euros.

Las bandas de delincuentes han visto en el robo de cobre una forma rápida de ganar dinero. Es, además, una vía relativamente segura, puesto que la gran mayoría de los detenidos por la Policía y la Guardia Civil quedan inmediatamente en libertad cuando se les conduce a los juzgados. Muchos de los detenidos viven en campamentos chabolistas o en furgonetas, por lo que es imposible luego enviarles una citación judicial. Por eso, muchos de estos delincuentes acaban contando con varias órdenes de búsqueda y captura.

En Sevilla estas bandas son principalmente originarias de países del Este -la gran mayoría de ellas están formadas por ciudadanos rumanos- y son itinerantes. Una de las últimas operaciones policiales desmanteló un clan asentado en el Charco de la Pava que había desvalijado una planta fotovoltaica de Huelva. Se trata de bandas cada vez más especializadas y que cuentan con herramientas y vehículos capaces de sustraer grandes cantidades de cobre. Por ejemplo, esta organización del Charco de la Pava había robado más de 3.450 metros de cable ya pelado. En otras ocasiones, la sustracción del cobre de las catenarias de las vías férreas ha obligado a interrumpir el servicio del AVE.

En la provincia existen 16 establecimientos legales que se dedican a la compraventa de este metal. Son negocios muy controlados por la Policía, que revisa periódicamente sus libros para comprobar que no han adquirido material robado. Los delincuentes optan por vender su mercancía a algunas chatarrerías de manera clandestina. En estos locales se funde el metal y luego se revende. Casi siempre acaba en China.

Además de las bandas organizadas, también han sido sorprendidos delincuentes que actúan en solitario. En estos casos casi siempre son españoles, con problemas de adicción a las drogas, con menos capacidad para transportar grandes cantidades de cobre y que roban principalmente para costearse los estupefacientes. Varias de estas personas han fallecido electrocutadas en distintas instalaciones de la provincia.

En cuanto a los lugares en los que más delitos se cometen, el campo está sufriendo especialmente la acción de estos ladrones. Se han multiplicado las sustracciones en las instalaciones de riego, en cables de alta y media tensión, en subestaciones eléctricas, en el tendido ferroviario y en las fábricas. En los municipios de Lebrija y Las Cabezas de San Juan operaban los miembros de una banda asentada en Cádiz que fue desmantelada por la Guardia Civil en julio y que robó 120 toneladas de cobre.

En la ciudad son menos los afectados, pero también hay despachos profesionales que han sufrido el robo de sus placas de cobre y han tenido que sustituirlas por otras de vidrio. También las empresas ubicadas en los polígonos industriales han sufrido robos y últimamente han desaparecido cables del alumbrado público. La zona más afectada es el campo de la Feria.